El faro actual se inauguró en 1848 con una mujer como guardiana; casi inaudito durante el siglo XIX. En los años siguientes, el faro de Cayo Hueso se sometió a una serie de mejoras, incluida la instalación de una lente Fresnel de tercer orden, una extensión de la torre que permitía ver la luz desde una distancia mayor, la adición de Keeper's Quarters y, finalmente, el electrificación de la luz.

Hoy en día, los visitantes pueden subir los 88 escalones hasta la parte superior de la luz y explorar las pertenencias, las fotografías y las palabras de los fareros y sus familias que vivieron una forma de vida ahora obsoleta, pero nunca olvidada.