Nacido en 1937, el artista Clemente Mimun vivió su infancia en Cartago, la antigua colonia francesa de Túnez. Como hijo de un galerista, Clemente se sumergió en los museos de Le Bardo y Cartago, repletos de arte romano y fenicio, que le dejaron una huella imborrable. A los 16 años, Clemente se mudó a París, donde pasó incontables horas en los cafés absorbiendo las conversaciones filosóficas de artistas mayores. Hasta el día de hoy, Clemente reconoce estas experiencias en el desarrollo de sus propias filosofías personales sobre el existencialismo y la autorresponsabilidad, que se reflejan en la motivación de sus obras de arte.
Nacido en 1937, el artista Clemente Mimun vivió su infancia en Cartago, la antigua colonia francesa de Túnez. Como hijo de un galerista, Clemente se sumergió en los museos de Le Bardo y Cartago, repletos de arte romano y fenicio, que le dejaron una huella imborrable. A los 16 años, Clemente se mudó a París, donde pasó incontables horas en los cafés absorbiendo las conversaciones filosóficas de artistas mayores. Hasta el día de hoy, Clemente reconoce estas experiencias en el desarrollo de sus propias filosofías personales sobre el existencialismo y la autorresponsabilidad, que se reflejan en la motivación de sus obras de arte.